Si una comunidad de propietarios se ve afectada por un local debido a la existencia de ruidos o de cualquier otra causa, lo mejor es reclamar e intervenir junto con otros afectados mediante un escrito que se dirija al causante del problema.
Ante un posible litigio legal es recomendable conseguir pruebas. Por ejemplo, es posible denunciar ante la policía local o municipal la conducta incorrecta de los clientes en el interior del local o en sus accesos, o el ruido excesivo proveniente del local, ya sea derivado por el uso del mismo o porque el local está utilizando aparatos defectuosos o antiguos. También es posible solicitar al ayuntamiento que realice controles de olores, vibraciones o ruidos.