Realizar algunos tipos de operaciones financieras antes de fin de año puede suponer que tengamos que pagar menor o que incluso nos devuelvan dinero en la próxima declaración de renta. Hay varias operaciones relacionadas con el sector inmobiliario que permitirán reducir la factura fiscal, cada cual debe analizar que sistema es el que más le interesa.
Por compra o reformas de la vivienda habitual
La base máxima de desgravación por compra de vivienda habitual que permite el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) es de 9.015,18 euros por contribuyente y año, cantidad de la que se deduce el 15%. Así pues, lo ideal es dedicar esa cantidad a la compra de nuestra vivienda sin superarla, de manera que año tras año podamos aprovechar las deducciones. Es importante señalar que este límite de 9.015,18 euros se duplica para los matrimonios en régimen de gananciales.
Dentro de esta cantidad está el dinero que dedicamos a pagar nuestra hipoteca. Si nuestras mensualidades no llegan a cubrir lo 9.015,18 euros anuales y si nuestro banco no cobra una comisión de cancelación parcial excesiva, lo más seguro es que nos interese cancelar parte del préstamo de forma anticipada para poder deducirnos el tope máximo.
La costes de la obras de reforma en la vivienda habitual, incluyendo la ampliación, la rehabilitación y la adaptación del inmueble para minusválidos, tambien generan deducciones del 15% siempre que su coste no supere el 25% del valor de la vivienda.
Cuentas de ahorro vivienda
Por otro lado, esta claro que no todo el mundo puede comprarse una casa sin antes haber ahorrado. Para aquellos que se encuentran en esta situación hay una fórmula de ahorro que genera las mismas deducciones fiscales que la compra de una vivienda, se trata de las cuentas de ahorro vivienda. La base máxima de desgravación en el IRPF y el porcentaje de deducción son también 9.015,18 euros y un 15%, lo que supone una desgravación máxima de 1.352,28 euros al año. Otra de las ventajas de este tipo de cuentas es que suelen ofrecer unos intereses alrededor del 3%, siendo esta tasa de interés algo superior a las ofrecidas por las cuentas de ahorro tradicionales.
No obstante, para poderse beneficiar de las ventajas de una cuenta de ahorro vivienda es necesario cumplir una serie de requisitos. El dinero que se ingrese y utilice para desgravarse, debe utilizarse exclusivamente para comprar una vivienda habitual o para comprar un terreno donde se vaya a construir dicha vivienda. La compra de nuestra casa debe efectuarse en un plazo máximo de cuatro años desde el momento de la apertura de la cuenta. Si trascurrido este plazo no realizamos la compra, entonces tendremos que devolver a Hacienda todo el dinero que nos hemos desgravado más los intereses generados durante ese periodo.
Reinversión de la venta de la vivienda habitual
La plusvalía que nos genere la venta de nuestra vivienda habitual no generará impuestos si dedicamos el importe de la venta a la adquisición de otra vivienda habitual y la nueva compra se realiza en un plazo de dos años.
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