El nuevo criterio de valoración del suelo y que entrará en vigor con la nueva Ley del Suelo a partir del próximo julio, va a provocar un ajuste importante en el patrimonio de las grandes inmobiliarias que adquirieron en su día terrenos.
La nueva Ley del Suelo establece solamente dos categorías de terreno, el terreno rural y terreno urbano.
Esta nueva clasificación elimina las expectativas de revalorización que, hasta ahora, tenían los propietarios de una finca o solar rústico y sobre los que se ha basado el negocio de muchas inmobiliarias especializadas en la gestión urbana. De hecho, muchas inmobiliarias poseen actualmente suelo en proceso de urbanización, es decir, terrenos rústicos que están pendientes de ser aprobados como urbanizables por los ayuntamientos en futuros planes urbanísticos.
A partir de julio, estas expectativas desaparecerán, por lo que el valor de estos terrenos se medirá únicamente por la capitalización de las rentas agrarias. Los inversores van a tener una forma menos de expecular con los inmuebles, al fin y al cabo es lo que trata de conseguir esta nueva Ley del Suelo impulsada por la ministra de vivienda, Maria Antonia Trujillo.
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